El sedentarismo es el resultado, no es la causa, según Ayurveda.

El sedentarismo es producto de una incorrecta ingesta alimentaria, y no es el sedentarismo lo que produce una incorrecta alimentación, ni un estilo de vida poco saludable. En este sentido, el sedentarismo es como una defensa del cuerpo en cabeza de su sistema nervioso ante una serie de alimentos que no se digieren con facilidad. Lo que lleva a una acumulación de toxinas en los canales de circulación sanguínea y esto a su vez hace más difícil que fluya la energía vital de manera adecuada. Con este panorama no existen incentivos para la actividad física en ningún nivel, ni recreativa y menos de alto rendimiento.

Ayurveda de esta manera ve al sedentarismo como un mecanismo de defensa de un sistema psicofísico enfermo y débil, porque la poca energía vital que se conserva apenas puede ser utilizada para la actividad de los órganos internos, y en especial para el proceso de absorción, asimilación y digestión. Teniendo en cuenta que estas actividades demandan bastante energía.

Sin embargo, no se debe mirar a la persona sedentaria siempre como alguien perezoso, por dos grandes razones principales: Primero, porque el sistema de producción del ser humano actual requiere menos actividad física ya que esta basado en la tecnología de la información, hace que cada vez sea menos necesario el movimiento de la persona y si su capacidad de toma de decisiones tras un móvil o un computador. Y segundo, porque los malos hábitos alimenticios, que incluyen dietas de moda de difícil asimilación y digestión, hacen que el sistema digestivo demande una alta cantidad de energía para su proceso, esto lleva a que los otros sistemas, entre ellos el circulatorio tengan menos vitalidad, funcionando con el mínimo necesario.

En este sentido cambiar de hábitos alimenticios, que estén de acuerdo a tu constitución, tu sistema de manera natural te pedirá movimiento, ya que es la energía vital en circulación. Ayurveda entonces nos invita a generar el ambiente propicio, a través de la alimentación, para que el movimiento sea motivado por una buena circulación y oxigenación y no simplemente para eliminar un exceso de calorías.

La energía vital en el cuerpo humano funciona análogamente como el mecanismo de producción de energía en una represa, se necesita una cantidad de agua determinada para que caiga, y luego se produce la energía que es la encargada de nuevamente generar el proceso de subida del agua. Así funciona el alimento adecuado en nuestro organismo, luego este se encarga de hacer mover el cuerpo para que, entre el movimiento y la adecuada ingesta alimenticia, se produzca más energía vital , aquella energía que se almacena para poder hacer funcionar los otros sistemas. Y que en últimas es la que nos saca del sedentarismo sin darnos cuenta.

Cuando la motivación para la actividad física es principalmente la eliminación del exceso de calorías, es muy poco lo que se puede ganar en beneficio de la circulación, de la oxigenación celular y de energía vital, lo relevante es cuando a través del cambio de hábitos alimenticios es que logramos que la ingesta calórica este en equilibrio con el gasto diario, y esto incluye nuestras actividades rutinarias y la actividad física que desarrollemos.

Así una vez establecemos nuevamente la energía vital a través de la correcta alimentación, el cambio de nuestros hábitos diarios será armónico.

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